La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune que afecta el sistema neurológico central (cerebro y médula espinal) y que se suele presentar en adultos jóvenes. Las fibras nerviosas del sistema neurológico central están envueltas por un material compuesto por proteínas y grasas llamado mielina que facilita la conducción de los impulsos eléctricos entre las fibras nerviosas y las protege. En la EM, nuestro sistema inmunológico ataca la mielina dejando cicatrices, llamadas placas de desmielinización. Si la mielina se destruye o se lesiona, la habilidad de los nervios para conducir impulsos eléctricos desde y al cerebro se interrumpe.
Los síntomas varian de una persona a otra y pueden durar días o meses. Los síntomas más frecuentes son: fatiga, trastornos visuales, problemas de equilibrio y coordinación, espasticidad, alteraciones de sensibilidad, trastornos del habla, problemas de vejiga o intestinales, problemas de sexualidad e intimidad, trastornos cognitivos y emocionales.
La evolución de la enfermedad varía mucho según cada persona. En algunos casos, permite realizar una vida prácticamente normal, pero en otros, la calidad de vida puede verse seriamente condicionada. Aunque hoy por hoy la EM no tiene cura, no significa que no tenga tratamiento, tanto farmacológico como humano.